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Mi nombre es Diana Gamboa, soy arquitecta de profesión, madre de tres hermosos hijos y tía de un hermoso sobrino, en total cuento con 4 grandes orgullos. El mayor es ingeniero Civil y tiene una maestría en Estructuras de la Universidad de Los Andes en Bogotá, el segundo está estudiando Física Pura en la UIS Universidad Industrial de Santander, la tercera está estudiando Administración de Empresas en La Universidad de los Andes en Bogotá y está empezando su propio emprendimiento, y el menor de 7 años estudia en el colegio y está iniciando sus clases de equitación lo que lo tiene muy feliz y motivado.
Fui rotaria y presidente de mi club rotario del año 2018-2019 donde desempeñándome como presidente conseguimos traer dos containeres de comida para los caminantes venezolanos, dando comida a centenares venezolanos que ingresaron a nuestro país caminando en busca de un mejor futuro, también donamos los diseños de la casa misionera a las hermanas de la nueva vida en el barrio La Fortaleza en el municipio de Cúcuta, entre muchas otras actividades que realizamos ese año rotario. También fui elegida como joven ejecutivo del año por la Cámara Junior Internacional JCI en el año 2010, elegida presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos de la Regional Norte de Santander, donde conseguí para nuestra ciudad el congreso nacional de arquitectura, (que desafortunadamente no se pudo realizar en nuestra ciudad debido a la llegada de la pandemia, y se tuvo que hacer virtual).
Cree dos compañías y una fundación sin ánimo de lucro, una compañía dedicada al diseño, consultoría y construcción con la que construimos, varios edificios, diseñamos otros, publicamos investigaciones y construí la casa donde actualmente vivo, la segunda compañía es una empresa de precios de construcción, con la que posicioné la revista Construprecios, El informe de los precios de construcción, como la revista de precios de construcción más importante y destacada en el nuestro departamento, dándola a conocer también a nivel nacional. Prácticamente posicionamos la revista como la guía única para hacer presupuestos en Norte de Santander. Y finalmente una fundación sin ánimo de lucro donde realizábamos actividades como donación de uniformes y útiles escolares, talleres de formación en valores, diferentes actividades con los niños en la escuela Hombres Nuevos del barrio El Desierto en Cúcuta, cerrando las actividades del año con el día de Navidad donde alcanzamos a dar 700 regalos en una navidad. Claro todo esto lo logramos gracias a conformar un gran grupo de trabajo.
Pero un buen día llegó la pandemia y todo cambió, y entendí como lo hicieron muchas personas que debía dedícame a algo totalmente diferente. Y entendí como la gran mayoría de las personas con un cambio brusco y encerrada en mi casa. Y caí en cuenta que pensándolo bien a pesar de los logros laborales cuando mejor había estado económicamente había sido cuando me había dedicado 100% a cuidar a mis hijos, y decidí volverlo a hacer ya que tenía un bebe de 3 años, y siempre he pensado que los primeros 7 años en la vida de un niño son fundamentales por lo que me dedique a él. La verdad fue la mejor elección, y las bendiciones económicas no hicieron falta gracias a Dios. Pude ir con mi hija a vacunarme a USA, estar un mes allá con ella. Después pudimos enviarla a USA un semestre cuando ella terminó el colegio, mi hijo mayor pudo ir a llevarla, y finalmente yo pude ir con mi esposo y mi hijo menor a recoger a mi hija y estar allá otro mes, pasear en Miami, Orlando visitar los parques, mi hijo pudo ver las ballenas y montar en la montaña rusa de los dinosaurios y en Houston conocer el museo de Ciencia natural donde quedó encantado viendo los fósiles de los dinosaurios, y finalmente también conocer la NASA. Cuando encuentras tu misión las bendiciones llegan por añadidura. Y esta es la historia de mi quiebra. Que cuando la acepté y decidí tomar otro camino, todo salió mucho mejor que antes.
En estos años de pandemia me dediqué a cuidar a mi hijo y a estudiar cosas de crecimiento personal, animada a superar los miedos que generó la pandemia, pero terminé muy enfocada en el crecimiento económico y de finanzas personales. También me certifique como instructora del modelo metodológico de creación de empresas DIME, diseñado por John Dobson profesor de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Clark. Dado que todo lo anterior lo hice sin tener ingresos y sucedió así; un día estando en Venecia tuve una revelación, ahhhh pensante, que en Venecia, ¿Italia? Jajaja No en el restaurante Vencía de Cúcuta y entendí que ya mi hijo había cumplido 7 años, ya no necesitaba dedicación 100% y como había estudiado mucho tiempo y tenía recolectada mucha información que estoy poniendo en práctica y que como me había servido a mí también le podía servir a muchas personas por eso hoy estoy empezando a compartir esta información con la mayor cantidad de gente posible.